lunes, 23 de agosto de 2010

VACACIONES (LO QUE RECUERDO)

Los calamares no son de mar sino de polvo.
El placer de conducir no es lo mismo que conducir y gozar: es la cima una cuneta.
El puente es una puerta sobre el río. Suena tu lengua, Lisabona.

LISBOA
Alfama un patio y el pueblo en mi ventana haciendo vida.
Rua arriba rua abajo: Ahora entiendo por qué me trajiste aquí.
Postal del Tejo. Café & lecciones de catalán: Els toros trancaven la mà, plena de barro.
Mal vino en Chápito y el porno se echó a la calle.
Ponte guapo esta noche que no vamos a un concierto. Yo te quiero por esto.
Cova do Vapor existe. Nada es igual después.
Muqueca & Periquita. Morena Films: A mí me gusta Olivia, como la novia de Popeye.
A la Feria reguñona. Te regalo yo el vestido de niña buena.
Azul ferroviario & gajos de patata. La noche pendiente.

ENSOÑACIÓN EN SINTRA
La reina, impoluta de talco y sin enaguas, va probando una a una las vergas negras de sus esclavos. Bestias prietas, brillantes, sumisas, que dan cuerpo a un rondó de carne exagerada. El bosque exhala los pecados regios. El musgo de los muros de la Vieja Cisterna, acostó algún día los desgarradores gritos de la corte palatina.

Manual de supervivencia: Si el cisne ataca, levante los brazos.
Cuando la playa es peligrosa y uno no entiende la razón.
Ilustrísima Caravana de Gitanos.

Primeras dudas paisajísticas. What the fuck?
Siga la falsa oficina de turismo y llegará hasta el mirador.
Arroz con marisco, caipirohkas y el gran Paulo.

Al infierno por las calas o la extraña naturaleza magnética del resort.
Resolución por unanimidad: El golpe de Estado es inminente.
Tu política del buen humor, ufana y relativista, es el mejor (re)medio para tomar decisiones

FIGUEIRA DA FOZ
Despreciados por el día, colmada la paciencia, arrastramos nuestros cuerpos de consola funesta por el puerto buscando el calor, el que sea, de cualquier pensión que nos acoja. En el delirio que procura el extravío, donde cualquier luz inunda violenta el paseo, se quiebra de repente el aire y llega a nosotros la lengua deliciosa de una melodía. ¡Música! ¡Música en directo! Un piano, jazz, un bar, alguien canta, ¡es allí de donde sale! Irremediablemente el aire se mulle y nuestros ánimos desgastados se alumbran un poquito, ahora sí, de una luz antigua, que invita a pasar, a detener los propósitos, a sentarse a escuchar sin tener que comprender la ilógica dinámica de las compensaciones. Un amable barman nos lee al instante. Pedimos cerveza y se ofrece como improvisado cicerone. Trata, con más voluntad que acierto, de recuperar la fe que perdimos durante el día en los cientos de lugares vacuos por los que anduvimos buscando una quimera simple, un rincón para el alivio. Pero la ilógica se impone, con su presa musical que aplaca el tiempo y pronto comprendemos, tu, yo y el barman, que es inútil insistir por un camino que hasta el momento ese día no nos dio ningún acierto. Así es como nos sumergimos mansos, en el mutismo de los tragos y dejamos que el jazz nos revele la dimensión mágica con la que acabar el día.

Portugal se quema. Fumarolas que jalonan siniestras nuestra huida.
Un pic-nic en la frontera bien vale un sueño. Río Miño en tu espejo, el monte muerto se pregunta cómo.

GALICIA
Baiona & las nieblas. Delirio otoñal de Agosto. Me miro en tus piedras templado.
En Sabarís con los Cossío. ¡Que amable acogida!
Somos lo que no esperamos ser y un cielo clemente se abre a nuestro paso.

Entre el Home y el Udra se esconde un tesoro despacio.
La pesadilla en la jungla del campista no podrá con la expectancia de los exploradores.
El mapa del tesoro se cromatiza en cada nueva expedición: la quimera simple es caprichosa pero se va dejando ver porque previamente la vinimos proyectando. Funciona, y tanto.

El vértigo de la última linea no es más que un margen lábil donde la alegría se expande y descontrola cualquier plan. Jugamos a improvisar un baile incierto de fechas. Lo abstracto refulge y nos colma en dulcísimas dosis. Sabe a crimen apasionado. Sabe a horizonte. Al instante antes de que el sedal se rompa y libere al fin la cometa, que irremediablemente se aleja y se pierde en el infinito.

Balance & carretera. Nos sentimos ganadores. La fortuna se entreabre y deja ver la forma de un gigantesco artefacto. Una suerte de nave en penumbra cuyo motor ha vuelto a ponerse en marcha. Suena el fluir del combustible, como un río de canicas ciclando por arterias de goma.

2 comentarios:

Inho dijo...

cuanto me gusta(s) volver aquí

erchamocandelas dijo...

que siga siendo lo que brilla!